Son pocos los alimentos que tienen tanta fama de ayudar a curar el insomnio como la leche tibia.
De acuerdo con la sabiduría de los mayores, la leche contiene grandes
cantidades de triptófanos, los aminoácidos que inducen el sueño, que
también se encuentran ecn otro alimento que se piensa que tiene efectos
sedantes: el pavo.
Pero si la leche es capaz inducir el sueño es algo discutible, y en los
estudios que sugieren que sí lo hace, ese efecto tiene poco que ver con
los triptófanos. Para producir un efecto soporífero, los triptófanos
deben ser capaces de cruzar la barrera sanguínea del cerebro. Y en
presencia de otros aminoácidos, termina peleando con ellos –generalmente
sin éxito– para lograr cruzar esa barrera.
Eso fue demostrado en 2003 por un estudio realizado por investigadores
del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, según sus siglas en
ingles), de los Estados Unidos. El estudio, que fue publicado en la
revista The American Journal of Clinical Nutrition, mostró que comer
alimentos ricos en proteínas, como la leche, reduce la habilidad de los
triptófanos de ingresar en el cerebro.
Pero las encuestas han hallado que muchas personas consideran a la leche
una ayuda para dormir, y que eso debe estar relacionado con aspectos
psicológicos.
Algunos científicos sugieren que la rutina de beber un vaso de leche
antes de ir a la cama puede ser tan tranquilizante como aquella vieja
sábana favorita.
Conclusión: un vaso de leche tibia quizá dé sueño, pero no a causa de los triptófanos.
Anahad O’Connor
No hay comentarios:
Publicar un comentario